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Artículo de opinión en el Diario Hoy 19/III/07 |
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2007: El Año de Monfragüe
JOSÉ LUIS QUINTANA es consejero de Agricultura y Medio Ambiente de la Junta de Extremadura
Hay un antes y un después en la conservación del medio ambiente en
nuestra región. Para muchos extremeños, el año 2007 pasará a la
historia por ser el de Monfragüe. En el primer sábado de este mes de
marzo, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó la ley que otorga a
este espacio natural la máxima figura de protección ambiental de
España. Esto viene a ratificar lo que muchos ya sabíamos, que Monfragüe
es la mejor tarjeta de visita de Extremadura y de los extremeños, que
es la joya de la corona de nuestro medio ambiente y que forma parte de
la marca de Extremadura.
El nuevo Parque Nacional es el mejor
ejemplo de que Extremadura ha sido, es y será siempre verde. El monte
fragoso de los romanos es, hoy día, el mejor reducto de bosque
mediterráneo que aún persiste en el mundo. Las más de 18.000 hectáreas
de dehesa, de matorral, de monte bajo y de riberos albergan, como
protagonistas de lujo, la unión del Tiétar y del Tajo hasta convertirse
en un solo río. Fusión que contemplan desde el cielo los ejemplares de
águila imperial ibérica, buitre negro, leonado, cigüeña negra o águila
perdicera y que sitúan a Monfragüe entre las mejores colonias mundiales
de sus especies.
Hoy es el día en el que debemos mirar al futuro
de lo que será la gestión del Parque Nacional. Pero también es justo
mirar atrás. Es justo reconocer el trabajo de aquellos que en los años
setenta lucharon para que la industria del papel no arrasase con sus
eucaliptos lo que, ya entonces, era un ejemplo de naturaleza salvaje.
Desde los componentes de la junta rectora del parque, hasta los
políticos que han aprobado por unanimidad todos los trámites
legislativos de la declaración y pasando por muchos extremeños anónimos
que han vivido la evolución de Monfragüe, a todos es justo agradecerles
el esfuerzo y hacerles partícipes de este logro colectivo.
El
futuro es el mejor patrimonio que a partir de ahora tiene Monfragüe y
sus gentes. Este sueño que hoy se convierte en realidad representa el
logro de una región que tiene en el medio ambiente puestas sus
esperanzas y que sabe que con Monfragüe estamos asegurando, de por
vida, una parte de nuestro futuro y, sobre todo, estamos rescatando una
parte muy importante de nuestra identidad. Cada extremeño es parte de
Monfragüe, igual que Monfragüe es parte de cada uno de los extremeños.
Durante
siglos, Monfragüe ha sido un espacio de Extremadura para Extremadura.
El reto, hoy, debe ser otro. El nuevo Parque Nacional debe ser un
espacio de los extremeños, gestionado por los extremeños, pero que
nuestra región ofrece para toda Europa. Que así sea.
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